10.2.13

Ana Lucía

No tenía forma de saber a ciencia cierta cuánto tiempo permaneció dormida y amontonada en ese lugar oscuro. Asumía que no estaba sola, pues presentía la compañía silenciosa de otras como ella. Lo cierto es que esa mañana, un soleado domingo de enero, por fin vio la luz. Alguien la sacó de su pequeño encierro con entusiasmo y empezó a hablarle, a sonreírle con afabilidad. No entendía bien qué estaba ocurriendo, pero ni bien sintió el calor de las manos de esa muchacha, se supo a salvo. Todo lucía extraño, no tenía plena conciencia de haber estado antes en algún otro lugar semejante, algo le decía más bien que este paisaje geométrico que ahora se le revelaba no era el suyo... seguir leyendo

Todos mis cuentos

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Fotografía (c) John Earley/ flickr.com