11.2.12
En busca del alma
Los niños son el símbolo del eterno matrimonio entre el amor y el deseo, decía Oscar Wilde. De eso no me cabe duda. Uno de los objetos de mis deseos más intensos durante mi niñez fue la vieja máquina de escribir de mi padre. La primera vez que llamó mi atención yo era aún demasiado pequeño para intentar hacerlo algo útil con ella. Pero la curiosidad al final se abrió paso y empecé a hacerla funcionar del único modo que conocía, es decir, como un instrumento capaz de producir una hoja llena de palabras salidas de la propia cabeza. Porque jamás vi a mi papá copiar nada ni a nadie... Sigue leyendo
Todos mis cuentos
- Vete de mí
- Todo será diferente
- Un presagio del fin del mundo
- Astaroth en mi garganta
- Maldita sea
- El forastero
- No hables con nadie
- Quién lo sabrá
- La bala atrapada
- Lindísima amapola
- Todo será como antes
- Departamento 201
- Silencio en las almas
- Unchain my heart
- Nunca dudes que te amé
- Que me parta un rayo
- Corre Luciano, corre
- No me digas que me amas
- Mi madre se va a morir
- El saco
- El umbral
- Fuga al infinito
- Cara y sello
- Desmadre
- El arreglador
- No pestañear
- Destellos en el cielo
- Extinción
- Sala de espera
- La visa
- Segundo debut
- Vuelvo enseguida
- Celo profesional
- La fiesta interminable
- Hasta la vista baby
- El diván azul
- Adivina serás
- Distraído amor
- Ana Lucía
- La muñeca de trapo
- Mi bien, mi mal
- Huida al paraíso
- El mapa de su audacia
- A ti te gustan los lirios
- La llamada
- Esquizosaurus
- Las galletas de Graciela
- El edicto
- Ojos bonitos
- Antes de ser nosotros
- Magia globalizada