22.3.06

¿Quién soy?


pulpo del bosque/ Copyright ©2005, juan carrillo

Tarde o temprano, llega un momento en la vida en que esta pregunta cobra sentido ya no a partir de la búsqueda de una esencia, que después de tanto buscarla llegas a comprobar que no existe, o de una enigmática predestinación, cuya suposición nos resultó tan cómoda algunas veces, sino de un simple balance de lo actuado.

Ha costado aceptar a muchos que no llevamos ningún chip en el alma con una identidad codificada de antemano, sino un sencillo cuaderno de bitácora, listo para llenarse de notas, garabatos y borrones, de bocetos y mapas, de crónicas y señales. Donde cada nueva página representó una posibilidad que decidiste llenar de una entre miles de otras formas igualmente deseables. Allí están pegadas tus flores secas, tus servilletas sucias con escritos memorables, la humedad de una lágrima sobre la tinta de una frase ahora ininteligible, tus viejas fotos, conservando impiadosas rostros que quisieras olvidar, el dibujo de tus sentimientos ocasionales, quizás tus deseos más negados, quizás tu rabia, tu esperanza o tu resignación.

Naturalmente, si lo vuelves a leer te darás cuenta que todo, absolutamente todo, se pudo organizar de otra (s) manera (s). Si la página que arrancaste hubiera permanecido en su lugar, si hubieras quitado esta otra, si esta pequeña historia se hubiese contado de otra forma, si nos hubiéramos ahorrado ese poema, si habríamos transpuesto esa furia o caminado de costado por el abismo de ese olvido. Tantas cosas pudieron ser distintas. Tanto dolor pudo haberse evitado. Tanta felicidad pudiste no haber conocido jamás.

Te guste o no, ahora eres lo que elegiste. Pero, repítelo 100 veces, lo que elegiste no fue un destino. Sólo una opción en un juego de probabilidades con infinitas posibilidades de combinación. Giambatista Vico decía, en la lejana edad media, que conocer la realidad no era más que colocar las cosas en un bello orden. ¿De cuántas otras bellas maneras se puede seguir colocando ahora las cosas que componen la realidad de lo que somos o de lo que creemos ser?

Quizás, entonces, la pregunta inicial no sea esa. No me es posible saber quién soy. Sólo puedo intentar saber qué es lo que he hecho de mí hasta hoy y, en todo caso, qué es lo que quiero hacer de mí en adelante. Pero, que lástima, Von Neumann o Nash no me bastarán para jugar un juego donde la razón es tan sólo una ficha. Podría ser mejor releer Rayuela.

© LGO 2006

1 comentario:

José Luis Ochoa dijo...

Muy buen texto Luis, francamente me has dejado pensando con seriedad en muchas cosas, gracias por este ensayito jejeje

Vienes a escribir esto en un momento en que realmente necesitaba escucharlo, no cabe duda que a pesar de las distancias el sentimiento traspasa fronteras.

Un saludo desde México.

José Luis

Todos mis cuentos

Todos mis cuentos
Fotografía (c) John Earley/ flickr.com